Una nueva expedición del fotógrafo brasileño a la floresta amazónica, esta vez para documentar la valiente etnia ashaninka que, después de sobrevivir a medio siglo de luchas, se ve ahora ante la amenaza de cazadores, traficantes, madereros y cambios climáticos que afectan al río, a las plantas y a los animales de los que depende su vida.
Fuente Folha de São Paulo
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